Últimamente intento estar al tanto de las costumbres italianas. Estamos preparando un evento familiar donde acudirá mucha gente de allí y hay que darles bien de comer, con esto no hay ningún problema, y hay que darles de beber.

Con la comida les pasa un poco lo que a nosotros cuando vamos a Italia, que nos gusta mucho la pasta, pero esa pasta que tienen ellos es diferente… está muy buena, no nos mandan la que les gusta a ellos, aunque debo decir que algunos restaurantes italianos por aquí la han conseguido y lo hacen muy bien. Y cuando vienen ellos aquí, les sorprende la variedad gastronómica que tenemos, descubren que España no es sólo paella, hay infinidad de opciones, y disfrutan mucho, como nosotros allí comiendo spaghetti y pizza.

Las cosas del beber van por otros derroteros. Aunque similares en muchas cosas, en este campo hay algunas diferencias. Por ejemplo, empezando por el agua. El agua aquí normalmente nos la tomamos mineral sin gas. Allí suelen comer con la botella de agua frizzante sobre la mesa. Así que la proporción normal para un evento masivo de agua con gas y sin gas, varía.

Otra cosa muy importante para nosotros es la cervecita. Aquí cae una o dos cañitas fijas durante la comida, y el vino, bueno… el vino ya veremos, pero la cerveza sí. Bien, allí no son unos fans acérrimos de la birra, pero el vino corre y vuela, en el norte son más de prosecco, que es muy parecido a nuestro Cava, pero en general son de vinos, sobre todo jóvenes.

Los aperitivos, pues cambian un poco. Aquí a media tarde ¿qué te puedes tomar?, pues una cervecita (otra vez), allí, pues un Spritz, o cualquier bebida amarga. Están muy acostumbrados a esos sabores. Nosotros estamos volviendo a la tradición del vermut a la hora del aperitivo, que para cambiar un poco no está mal. El otro día le di a probar a un italiano un sorbito de Vermut Miró, del reserva, y le gustó, pero según él le faltaba algo… Es muy suave y él esperaba un Campari, y, claro, había diferencia. (Yo me quedo con el Miró :P, probadlo, os
gustará).

Y la copa. La copa aquí, no voy a descubrir ningún secreto, lo sabéis de sobra. GINTONIC. Algún resquicio de los del RON COLA y unos nostálgicos del WHISKY COLA. Allí en Italia este tipo de combinados no son habituales, son para momentos puntuales. Cuando salen por la noche, o cuando toman la copa después de cenar, se toman licores. Licores de anís, como la Sambuca, el amaro, como el Ramazzotti (no confundir con Eros que también es italiano) o el Montenegro; la grappa, que es como nuestro orujo, pero un poco más fuerte. Me he fijado mucho en las contrabarras de los bares en España y en las del norte de Italia, y os animo a que os fijéis si tenéis oportunidad, porque son muy curiosas, no tienen nada que ver.

Ya sabiendo un poco por dónde van los tiros y sabiendo los sabores a los que están acostumbrados, si va algún italiano a vuestra casa, sabed que vais a triunfar con un cava y les puede sorprender un vino tradicional riojano, tened siempre fresquita una botella de Vichy Catalán, y si les invitáis a un chupito después de comer, que no sea dulce, un valor seguro sería un orujo. Y es posible que disfruten mucho con los gintonic, o por lo menos eso espero, porque en el próximo evento rularán.

Y brindad. Brindad por todo como lo hacen los italianos, siempre festejan los sorbos. ¡Salute!

by Comercial Tabarca – Distribución de bebidas y alimentación en Alicante.