Martini, un nombre asociado genéricamente a la palabra vermut con todo merecimiento, no en vano el vermut, como bebida, le debe mucho a Martini, ya que fué la primera marca que comercializó el brebaje de Turín y lo expandió por todo el mundo.

El Piamonte italiano fué el origen de esta maravillosa bebida que es el vermut y también del nacimiento de Martini. El vermut apareció sobre finales del siglo diecisiete al noroeste de Italia, en el Piamonte y en esa misma región, en el pueblo de Pessione, muy cerca de Turín, se fundó una de las marcas más famosas del mundo, a cargo de Alessandro Martini y el maestro artesano Luigi Rossi, a los que más tarde se uniría un tercer socio, Teófilo Sola, unidos con un solo fin, dar forma a un brebaje muy especial, un vermut.

Su decisión fué optar por la suavidad, alejándose del carácter amargo del vermut de la época, no muy fácil de tomar, a la que le añadirían elegancia y sofisticación, creando Martini Rosso a partir de una mezcla de vino e ingredientes botánicos, un icono que sigue invariable hoy en día.

Martini no es cualquier vermut, es “el vermut”

Aquel nacimiento del Martini Rosso dió pié a una historia que hoy en día continúa llena de éxitos, uno por cada producto, y que ha ido viendo como llegaban el Martini Bianco, Extra Dry, Rosato y sus dos reservas espaciales Ambrato y Rubino.

Después de haber hecho un poco de historia creativa, pasemos a hacerla del tipo gustativo. Martini es perfecto para buenos cócteles con vermut, la lista es larga, pero siempre estará encabezada por el archifamoso mundialmente cóctel Martini, para los anglosajones Dry Martini, un cóctel sencillo.

Prepararlo es simple, solo se necesitan dos ingredientes y dos complementos para hacerlo, vermut seco y ginebra, aderezados con una aceituna y corteza de limón. Es muy importante saber que para su preparación no hay que agitar, sino mezclar los ingredientes despacio, es necesario hacerlo así por dos razones.

Primero, porque si agitas la mezcla, con trozos de hielo incluidos,  en una coctelera, el hielo se derretirá y hará que el Martini salga aguado. Y segundo, porque al agitar un cóctel se forman pequeñas burbujas de aire dentro de la bebida.  Siempre hay que usar hielo picado en fragmentos pequeños, nunca en trozos grandes. Otra opción es enfriar el vermut en vaso aparte agitándolo con el hielo para luego servirlo en el cóctel.

Una imagen vale más que mil palabras, como podéis ver en el vídeo de Javier de las Muelas, un referente en el mundo del cóctel, preparándolo con todos los detalles que lo convierten en un clásico de la coctelería.

Existen muchas variantes de este cóctel aunque otra de las más conocidas es el Vodka Martini, en el que se sustituye la medida de ginebra por vodka.

El Martini es uno de los cócteles más clásicos e icónicos que hay, es una bebida apta para todo tipo de ocasiones y momentos. Cada uno marca su diferencia encajando en un momento del día con una experiencia distinta según su sabor, aroma y textura.

James Bond popularizó el cóctel al pedirlo en sus películas acompañado de la famosa frase: “agitado, no revuelto”

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